Escudo de la Basílica del Espíritu Santo

 



Escudo de la Basílica del Espíritu Santo

Todas las basílicas tiene el derecho de tener su propio escudo.  La Basílica del Espíritu Santo tiene el suyo desde el 29 de junio de 2009.


Los escudos basilicales están timbrados con el pabellón, también llamado conopeum, canópeo, umbrellino, umbella, ombrellone: una especie de sombrilla a franjas rojas y amarillas. El pabellón es el signo que identifica a una basílica. También gozan las basílicas del privilegio de acolar en sus escudos las llaves entrecruzadas que son el emblema del Papa, y de exhibir las insignias pontificias.

El campo del escudo de la Basílica del Espíritu Santo es descripto así en la página web de la parroquia:

«Dominando el lugar capital, en el campo superior sobre fondo rojo, aparece la representación en forma de paloma del Espíritu Santo -titular de la Basílica- que, abarca a todos en ese círculo encarnado.

El campo inferior, completa con su color azul, los colores del manto de Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de la Parroquia. La Cruz clavada en la roca nos evoca el emblema que San Arnoldo Janssen -inspirador del Templo- eligió al fundar la Sociedad del Verbo Divino, congregación misionera que atiende a esta comunidad desde sus orígenes. Esta Cruz se eleva sobre el monte rodeado de agua, alegoría del escudo del Papa Pío XII quien otorgó al templo la dignidad basilical; a la vez que recuerda la llamada Laguna Guadalupe que rodeaba los terrenos donde hoy se levanta el templo, en el norte de la ciudad de Buenos Aires, cuyo escudo también exhibe al Espíritu Santo dominando sobre las aguas.

Flanqueando el campo, la cercana presencia de la Virgen se manifiesta en la estrella de oro y en la flor de rosa tal como aparecen en la imagen estampada de María de Guadalupe.

El emblema basilical está timbrado con las llaves en oro y plata, entrecruzadas y unidas por un cordón que simbolizan las llaves del Reino confiadas por el mismo Señor al apóstol San Pedro. El conopeo desplegado con los colores papales, rojo y oro, da cuenta de la vinculación de la Basílica con la Santa Sede.

Finalmente, al pie del conjunto del escudo, se despliega la divisa con la tradicional invocación al titular del Templo ‘Veni Sancte Spiritus'».

Más información sobre el escudo en nuestro Blog "Heráldica en la Argentina": aquíaquí, aquí, aquí.




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